Más allá de la melancolía quijotesca del cambio climático; o, Sancho reconoce la mierda cuando la huele

La portada de Eric Drooker para el número del 15 nov 2021 de The New Yorker, titulado “El sueño imposible”, explotó la triste figura de don Quijote para hacer un comentario inquietante sobre la Cumbre del Clima en Glasgow. Respondí en una carta que, después de introducir cambios sugeridos por William Egginton (sobre política de la modernidad temprana y actual) y Bradley Nelson (quien preguntó ¿Dónde está Sancho?), envié al editor de The New Yorker, en nombre del Cervantes Public Project. Aquí ofrezco mi propia traducción de la carte al castellano. No la publicaron, pero Steven Hessel invitó a Eric Drooker a dialogar acerca de la portada con William Egginton y conmigo en su podcast Pod Quixote, en el episodio del 24 nov 2021.

Estimado/a Editor/a,

La nueva portada de Eric Drooker ostenta la figura melancólica de don Quijote, solo, la lanza bajada, contemplando unos aerogeneradores que representan el “sueño imposible” de la energía renovable frente a los combustibles fósiles. Al fondo se vislumbra una ciudad en llamas bajo un cielo sobrecalentado. Esta imagen impactante invierte la relación del hidalgo loco con los molinos de viento que suele atacar, convirtiéndolos, al contrario, en sus aliados contra las corporaciones que anteponen sus beneficios a las necesidades de la humanidad entera. No obstante, el antihéroe cervantino sirvió en un principio para burlarse de las ilusiones propagadas por un orden político fracasado que se empeñaba en mantener su dominio sobre un pueblo cada vez más sufrido y enajenado. Drooker es oriundo del barrio neoyorquino del Lower East Side, donde en los años 70s un espectáculo callejero, Don Quixote of Loisaida, redirigió la misión caballeresca- carnavalesca del antihéroe cervantino para figurar la resistencia de los nuyorriqueños oprimidos. Desgraciadamente, el idealismo empalagoso del Hombre de la Mancha ha diluido aquel espíritu rebelde hasta convertirlo en un entretenimiento ñoño. ¿Dónde está la risa? ¿Dónde la comunidad? En una palabra, ¿dónde está Sancho? La interpretación cómica de la obra maestra de Cervantes como sátira política supera el utopismo desesperado. En la versión del Quijote que su autor reescribiría para nuestro momento, el monomaníaco chiflado blasonaría los dogmas apriorísticos del neoconservadurismo norteamericano y declararía la guerra sin tregua contra cualquier aumento de impuestos, defendiendo el honor de la corporaciones injustamente difamadas – a la vez que sus quijotadas demostrarían continuamente la vacuidad de las aseveraciones de autosuficiencia de los superricos y la nulidad del consumismo basado en la gratificación instantánea, el principal combustible del calentamiento global. 

 
 

Arriba: Mi suplemento a la portada de Drooker, donde se incorpora a Sancho de la única manera que tenía sentido, defecando al lado de su amo, como hace en el episodio de los batanes, Primera Parte, capítulo 20. Aquí el montón de excremento que crece a los pies del rucio simboliza la mierda que los jefes de estado tiraban en Glasgow.

William P Childers

Associate Professor, Brooklyn College and the CUNY Graduate Center. Author of Transnational Cervantes (Toronto, 2006) and co-editor of La Inquisición vista desde abajo (Iberoamericana-Veuvert, 2020).

https://eduorbrooklyn-cuny.academia.edu/WilliamChilders
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